domingo, 27 de marzo de 2011

Recital Poético con los alumnos del Curso de Oratoria. 25-03-11


 Caminamos en este segundo curso de oratoria de la Tertulia con paso algo más firme que en el curso del año pasado. La mayoría de la veintena de componentes del curso éramos  "veteranos" o "repetidores", según se prefiera decir, y eso conformaba para todos una cierta tranquilidad. Eso sí, el ambiente era fenomenal, exactamente igual que en el primero.
El buen hacer, la alegría, la paciencia, las ganas y el saber enseñar de nuestro profesor y amigo, Luis, es digno de alabanza. No solo hemos aprendido un poquito a saber hablar con mayor expresividad, a recitar algo mejor, a declamar hacia afuera, hacia dentro, de manera épica o melancólica sino que además nos hemos divertido.
Casi todos los participantes, al término del curso, ya tenemos la vista puesta en un posible tercer curso de oratoria que pudiera darse en el año próximo y esto es, casi todo, mérito de Luis.
Juegos diversos y alegres, combinaciones de dos en dos y de nueve en nueve, improvisaciones teatralizadas, gritos desestresantes y lecturas con interés consiguieron  el efecto de desinhibirnos lo suficiente para que perdiéramos algún complejo que otro y nos lanzáramos al ruedo para declamar y recitar, pasándolo además estupendamente tanto con nuestro poema como con los de los compañeros.
Y el final, a juicio de todos, fue lo mejor: conseguir hacer un recital de poesía entre todos. Divertirnos y divertir.
 
Conseguir que la práctica totalidad de los participantes (cuatro no pudieron por causas varias: faringitis por estar ensayando demasiado como Gloria, alguna operación en esos días al compañero de fatigas como Aurelia o viajes diversos de Marissa y de Demetrio) lucieran sus mejores voces para dar cuerpo a un recital poético en la Tertulia fue lo mejor del curso. Siempre bajo la dirección feliz y atenta de Luis.
Y, sinceramente, creemos que fue muy digno.
Al final hasta Luis se arrancó con algún poema para que viéramos todos lo mucho que había "aprendido" con nosotros como certificó, divertida, Floren. 
Gracias a todos, a los participantes y al auditorio, gracias, y muy especiales, a Luis Trébol, rapsoda casi perfecto y buen amigo nuestro, porque con él ha sido muy sencillo y alegre terminar este curso de 8 horas que hubieran podido ser ochenta por lo divertido y que nos ha servido para aprender un poquito más. 









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